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La meta principal de Cristiano en esta segunda edición es mostrarnos una forma distinta de entender el Derecho Tributario, pero al hacerlo nos ofrece una completa introducción al Análisis Económico mismo. Por eso, este libro merece estar no solo en los estantes de las bibliotecas de los tributaristas, sino también en las de los interesados en el Análisis Económico del Derecho, así sea su único contacto con el Derecho Tributario su declaración anual de Impuesto a la Renta.

La correcta comprensión de la economía como una ciencia que estudia las opciones de los individuos y los incentivos que explican la conducta humana, le dan al libro un aterrizaje concreto y esclarecedor. Finalmente, los tributos, como todo en el Derecho, son relevantes por la forma como influyen en cómo nos comportamos y en cómo vivimos. Acertadamente, dice Cristiano —citando a Holmes—, son un camino para construir civilización, y, por tanto, no son un camino para crear muchos de los esperpentos estatistas que se construyen con la recaudación.

El libro tiene algunas virtudes adicionales que muestran el aporte de Cristiano Carvalho. Cada día aprecio más la simplicidad en lo académico. Y simplicidad no significa poca sofisticación. Estoy convencido de que para ser simple y comprensible hay que ser sofisticado. El arte de hacer de lo complejo algo fácil de entender es la piedra de toque que convierte lo académico, de ciencia esotérica en ciencia útil y práctica. Ello garantiza que el trabajo de Cristiano tendrá impacto y ayudará a los no tributaristas y, más importante aún, a tributaristas, a entender el Derecho Tributario.

Cristiano nos muestra que la inteligencia en los tributaristas puede generar efectos positivos, y nos puede conducir a juegos que no son de suma cero. Contribuye a la creación de sistemas tributarios que entiendan cómo operan los incentivos que crean, que dejen de lado su vocación mitológica o de leyenda, y aterricen en los problemas concretos que crean.

Un Derecho Tributario eficiente y justo como el que propone Cristiano, que no entienda como eficiente necesariamente mayor recaudación, sino recaudación óptima, sería todo un cambio en el discurso tributario.